Durante mucho tiempo se considero a los hongos como los hermanos pobres de las plantas; como estas, inmóviles pero ubicuos, formando parte del paisaje, aunque de forma mucho más sutil y oculta que sus parientes más vistosas.
Después de más de medio siglo de bloqueos gubernamentales para investigar el potencial de los psicodélicos en el tratamiento del alcoholismo, los científicos finalmente se están poniendo al día con el trabajo pionero de sus predecesores.
La legalización y desestigmatización de los psicodélicos está siendo alentada y apoyada cada vez más, con estudios e informes personales de sus efectos terapéuticos en pacientes con Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).
El reactivo de Ehrlich funciona específicamente en base a la detección de un aminoácido llamado triptófano en una muestra de proteína, razón por la cual se define también como un test de aminoácidos específico.
Aunque los hongos sustentan la vida en la Tierra, han sido pasados por alto, subestimados y en gran medida excluidos de las estrategias de conservación y las leyes ambientales.
Esta reacción azulada es una forma habitual de diferenciar las setas mágicas de sus similares, pero ¿Cuál es la razón? Y, quizás lo más importante ¿Es un método de identificación confiable?
Las investigaciones sobre el cannabis medicinal, aunque temporalmente bloqueadas a medida que las universidades se esforzaban por implementar protocolos COVID-19, continuó avanzando.
Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, lleva dos décadas estudiando los efectos del cannabis y defiende la legalización tanto para uso medicinal como recreativo.
Ingredientes producidos con una tecnología que maximiza su eficacia y su sostenibilidad, gracias a la biotecnología aplicada en las células madre vegetales como las del cannabis.
En la cúspide de 2020, un grupo de investigadores italianos anunció el descubrimiento de dos nuevos cannabinoides, el THCP (tetrahidrocannabiforol) y el CBDP (cannabidiforol).